La orfebrería peruana es una muestra de nuestra riqueza cultural, en donde se aprecia la extraordinaria creatividad artística, patrimonio heredado de muchas generaciones.
En el arte de los metales, la riqueza del Perú se encuentra en los elementos de espléndida naturaleza y en la sensibilidad artística convertida y expresada con suma maestría y habilidad, en las técnicas de elaboración, decoración y unión que se utilizaron. En sociedades más tempranas, los sistemas pudieron ser más rudimentarios y las técnicas menos elaboradas.
Entre las técnicas empleadas para elaborar objetos de metal, se encuentran el laminado, el vaciado, el forjado y el recopado. Algunas culturas precolombinas alcanzaron conocimientos singulares que aplicaron con especial destreza a su oficio de orfebres.
Como en otros pueblos antiguos, el oro y su trabajo tuvieron un valor muy singular para los hombres del antiguo Perú. Con este metal, nuestros antecesores elaboraron los mejores objetos para el adorno personal de dignatarios y jerarcas, y con oro fabricaron objetos de culto y ceremoniales.
Las culturas Nasca, Lambayeque y Chimú, fueron las que alcanzaron los más altos niveles de desarrollo y los mayores logros en el campo de la orfebrería.
Aunque los metales que trabajaron (oro, plata y cobre) no se encontraban en zonas cercanas a sus talleres costeños, tuvieron acceso a esos elementos, produciendo con moldes objetivos de inigualable calidad y perfección como máscaras, narigueras, orejeras, collares, pectorales, coronas, cuencos y vasijas.